ATALANTA ANTES DE LA CARRERA
La mañana de la carrera, Atalanta decidió levantarse muy temprano. Se asomó a la ventana de su habitación, se apoyó en el alféizar y contempló en silencio el bosque donde iba a celebrarse la competición. Mientras reflexionaba sobre su nuevo contrincante, apareció un pequeño ciempiés. Atalanta lo cogió con suavidad y le sonrió. Después, volvió a dejarlo sobre el alféizar y le dijo adiós.-----
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